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Familias de San Pedro de totora en Oruro diversifican su producción y proveen hortalizas en época de COVID-19

Autor: Javier Argandoña Espinoza, ingeniero agrónomo de CIPCA Altiplano
Fecha: 11/05/2020

San Pedro de Totora, municipio ubicado al noreste de la ciudad de Oruro a una altitud promedio de 4032 msnm, tiene un sistema productivo tradicional basado en la producción de cultivos andinos como la papa, quinua, cañahua y especies forrajeras como la cebada, su población también se dedica a la crianza de camélidos, en especial de llamas de la raza Q’ara, ecotipo tiwtiri.

Pese a existir, desde hace unos años, infraestructuras productivas como los sistemas de riego financiados por el Fondo Nacional de Inversión Productiva y Social (FPS) y otros programas nacionales, las familias de la región no tenían avances significativos en la diversificación productiva de hortalizas y otros productos que no se cultivaban tradicionalmente en la región, ya sea por los riesgos climáticos propios del Altiplano o la falta de inversiones complementarias y asesoramiento técnico.

Frente a esta realidad, CIPCA Altiplano desde hace 5 años viene realizando acciones de asesoramiento técnico y subvenciones para fomentar iniciativas de familias motivadas en incursionar en una mayor diversificación productiva con cultivos no tradicionales.

Las familias de la comunidad de Pananoza de San Pedro de Totora, por ejemplo, incursionaron en la diversificación productiva, incluyendo en sus sistemas productivos cultivos de hortalizas en ambientes atemperados a través de carpas solares, también cultivos a campo abierto aprovechando el sistema de riego. Esta producción se está convirtiendo en una fuente de generación de ingresos adicionales, además de coadyuvar en la seguridad alimentaria de las familias involucradas y de las comunidades vecinas.

La apuesta de las familias de Pananoza, con el apoyo y asistencia de CIPCA, ha sido mostrar que, pese a las condiciones climáticas adversas de la región, es posible producir hortalizas de calidad y a mayor escala realizando buen manejo y algunas inversiones complementarias, como la construcción de reservorios de agua y el mejoramiento de los sistemas de conducción que optimizan el uso de agua y la frecuencia de riego, además de las acciones de asistencia técnica e intercambios de experiencia.

La implementación de este modelo productivo, que pasó de un desafío a ser una realidad, ha permitido a las familias intensificar la producción de hortalizas a campo abierto. En la gestión agrícola 2019/2020 se logró sembrar más de 8 hectáreas de cebolla, zanahoria y haba, siendo que hasta hace 5 años sus áreas de cultivo de hortalizas no pasaban de cuarta hectárea.

Otra diferencia sustancial para la población de la región es la notable mejora en su alimentación diaria con beneficios nutricionales, debido a que existe una mayor diversificación de productos, a sus dietas basadas en productos tradicionales de la región han incorporado alrededor de 11 especies vegetales entre hortalizas y legumbres producidas en carpas solares y a campo abierto.

La totalidad de la producción ha sido realizada bajo principios agroecológicos resaltando el uso de bioinsumos con rendimientos superiores a 63 toneladas por hectárea para el caso de la cebolla, demostrando que San Pedro de Totora pese a su ubicación geográfica tiene condiciones para una mayor diversificación productiva, la cual favorece a la seguridad alimentaria y mejora las condiciones de resiliencia ante las vulnerabilidades como la que se está viviendo actualmente por la pandemia del COVID-19 en Bolivia. Muchas de las familias productoras de la comunidad Pananoza se han convertido en proveedores de hortalizas para gran parte de la población totoreña.

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