Centrosd de Salud en Trinidad, Beni. Fotos: Romy Denim Burgos
Autor: Edgar F. Izurieta Guayacuma y Efren Cabrera Barrientos, técnicos de CIPCA Beni
Fecha: 19/05/2020
El departamento del Beni es la expresión más clara de la
diversidad cultural del país. Alberga a 18 pueblos indígenas, cifra que podría
ser mayor debido a la existencia de pueblos no contactados al interior de sus
selvas. De acuerdo a proyecciones del INE, la población en el departamento
hasta el año 2019 era de 474.257 habitantes.
Beni es el segundo departamento más golpeado por la pandemia del coronavirus, con el 14% de casos confirmados, hasta el día lunes 18 de mayo (581 de 4263 casos). De estos 581 casos, el 97% están concentrados en la capital del departamento Trinidad. Si detenemos la mirada en los decesos ocurridos por causa del virus, el Beni tiene el 24% de decesos a nivel nacional. Este crecimiento exponencial de infecciones confirmadas prácticamente ha colapsado el sistema de salud del departamento, y por tanto evidencia una progresiva tasa de mortalidad por esta causa.
El sistema de salud de acuerdo a definición de la OMS es la suma de todas las organizaciones, instituciones y recursos cuyo objetivo principal consiste en mejorar la salud. El departamento del Beni cuenta actualmente con mayor cantidad de puestos de salud (66) y centros ambulatorios (96) y carece de infraestructuras de tercer nivel y menos institutos especializados. Sin lugar a dudas, la precariedad de nuestro sistema de salud es una debilidad de entrada para afrontar de forma efectiva la pandemia del coronavirus.
Comparativamente La Paz y Santa Cruz son los departamentos mejor auxiliados puesto que cuentan con 2 camas por cada 1.000 habitantes. El departamento del Beni se encuentra al otro extremo con 1,2 camas y, aunque está mejor posicionada que Chuquisaca con 1,1 camas por cada 1.000 habitantes, es como mencionamos líneas arriba el segundo departamento con mayor cantidad de infectados por coronavirus.
Es muy complejo adelantar algunas hipótesis del por qué el departamento del Beni ha sufrido este crecimiento exponencial de contagios, siendo que hasta fecha 20 de abril no reportó ni un solo caso positivo, siendo el único departamento que en apariencia estaba libre del virus. La realidad era distinta y posiblemente esta situación se dio porque las pruebas rápidas no fueron suficientes ni adecuadas, no haber contado con un laboratorio de pruebas propio dependiendo exclusivamente del que se encuentra en el CENETROP (Centro Nacional de Enfermedades Tropicales) del departamento de Santa Cruz.
Desde el ámbito institucional otra de las causas probablemente ha sido tener la mala fortuna de los pocos espacios de coordinación entre los diferentes niveles del Estado provocadas por una polarización política que afecta actualmente los procesos de información y toma de decisiones óptimas para hacer frente a la pandemia.
Trinidad -capital del Beni- es el epicentro de una serie de falencias en el sistema de salud que afligen al resto del departamento. Su capacidad de atención se ha visto mermada ya que hasta la fecha más de un 50% del personal de salud se encuentra infectado.
La realidad de los territorios indígenas es aún más alarmante. Varios puestos de salud han quedado prácticamente sin ningún medicamento, y ante el inadecuado equipamiento de los mismos y la escasez de material de bioseguridad el personal de salud empieza a temer por ellos mismos, tomando la decisión de renunciar a sus puestos de trabajo, como una alternativa no lejana con la finalidad de resguardarse de una eventual afectación por el virus.
Lo ocurrido en el municipio de San Ignacio de Mojos evidencia que la atención del virus en la zona urbana es priorizada en detrimento de los territorios indígenas, los cuales como el caso del Territorio Indígena Multiétnico (TIM) y el Territorio Indígena Mojeño Ignaciano (TIMI) se ven obligados a ceder buena parte de su personal para atender la emergencia ante la pandemia. Solo el TIM ha cedido a 2 de sus 6 médicos para poder contener la pandemia en la zona urbana de San Ignacio que actualmente reporta 2 casos confirmados de coronavirus.
También es importante hacer notar el escaso reporte de la situación de salud en el Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS).
En la Provincia Itenez, ubicada al este del departamento beniano, han tomado estrictas medidas de ingreso y salida de las personas hacia los municipios de Huacaraje, Magdalena y Baures. Solo se permite el ingreso y salida de alimentos, combustible y ambulancias. También han cerrado fronteras fluviales con la república de Brasil.
El Municipio de San Andrés de la Provincia Marban se ha declarado con riesgo alto luego que confirmaran 10 casos de Covid-19. Los militares que hacían vigilancia del cumplimiento del confinamiento se han replegado a las comunidades del municipio, con la excepción del centro urbano San Pablo, en la frontera departamental con Santa Cruz.
En las Provincias centrales del Beni, Santa Ana del Yacuma y Mamoré, no se presentan casos de Covid-19 y se cumple la cuarentena dinámica tomando las previsiones de ingreso necesarios, que son en aislamiento por 15 días de las personas que ingresan a los centros urbanos.
En la Provincia Vaca Diez, norte del Beni, existen 7 casos confirmados. En ambos Municipios el Comité Municipal de Reducción de Riesgos y Atención a Desastres (COMURADE) han declarado el encapsulamiento hasta el 24 de mayo.
Desde la gobernación, el 15 de mayo promulgaron la ley departamental N°100 con la que buscan “fortalecer las medidas de seguridad … para evitar el contagio y propagación del Covid-19”, en ella, la gobernación buscará la contratación de médicos cubanos y hacer sinergia con instituciones públicas y privadas.
En este contexto totalmente crítico y considerando las proyecciones epidemiológicas, es oportuno plantearnos las preguntas: ¿qué esperamos para que las autoridades declaren al Beni como zona de desastre? Los departamentos vecinos como Cochabamba ¿podrán atender a pacientes con Covid-19 procedentes del Beni?
Mientras las autoridades preparan ciertas condiciones para la atención de pacientes infectados con el virus, mejoran el sistema de salud precario del Beni, se cumplen las medidas de contención del virus como la cuarentena y se avanza en la campaña de desparasitación con Ivermectina, también se hacen públicas algunas experiencias en el uso de la medicina tradicional, como una alternativa ante algunos síntomas.
No es nada desconocido, que la medicina tradicional es ampliamente practicada por población indígena y no indígena. Las organizaciones indígenas en particular, cuentan con personal calificado en medicina tradicional.
La pandemia está presente y evoluciona rápidamente, las acciones colectivas que vayan a pensarse desde la sabiduría ancestral son también una alternativa para enfrentar la pandemia.
Por una Bolivia democrática, equitativa e intercultural.