Foto Mario Vargas
Autor: Mario Vargas *
Fecha: 15/05/2024
Un tema de conversación cotidiano de los habitantes rurales es el agua, como elemento fundamental para la vida y la configuración de los ecosistemas. En la región del Chaco, en pleno clima ardiente, se espera la lluvia. Sin agua se pierden las cosechas, las semillas y muchas personas emigran para la venta de su mano de obra en centros urbanos.
El maíz es el cultivo predominante de la región chaqueña y determinante para la seguridad alimentaria. En la presente gestión agrícola, durante la siembra y siguientes fases de desarrollo del maíz, las lluvias ayudaron el crecimiento, los campos de cultivo espigaron y las mazorcas comenzaron a cuajar. Si no llueve en estas semanas, probablemente se pierda la cosecha, tal como ocurrió en los pasados dos años.
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¿De qué futuro podemos hablar si no hay agua para los cultivos, los animales y los propios humanos? Esto pareciera sumergirnos en escenarios de ficción literaria, en los cuentos de Juan Rulfo no existe un futuro, sin agua no existe un futuro sobre el cual conversar. “El futuro está herméticamente sellado. Solo queda el presente. En ello reside la hondísima tristeza de los cuentos de Rulfo; y en ello también su fatalismo” (Xirau, 1978, citado por Sánchez-Escobar, s/f).
Hacia el sur de Charagua Iyambae, en la comunidad San Francisco, la familia de Santiago Antúnez, además de sus cultivos de maíces, implementó parcelas de cítricos; el pomelo producido en esas tierras es muy apetecido en el mercado local. Para asegurar el crecimiento y desarrollo de los frutales instalaron un sistema de riego, con esta innovación tecnológica el agua no iba a faltar y se aseguraba la producción e ingresos económicos familiares.
Durante la última década, el ciclo e intensidad de las lluvias cambiaron drásticamente en esta región chaqueña. Una noche, a finales de enero del 2024, llovió intensamente, como si nunca más volviera a ocurrir. Aquel río que generalmente presenta una hilera delgada de agua en sus recovecos, terminó convertido en un monstruo que arrasa, amplió su cauce y el ruido de su avance fue estremecedor.
Las pérdidas para Santiago fueron inmensas, había invertido sus ahorros y esperanzas en el sistema de riego y las nuevas plantaciones de cítricos. Junto a su compañera, sus hijas, hijos y nietos, observaron cómo el río había incrementado su anchura a su antojo y devorado grandes superficies colindantes a su cauce natural. No existían restos de su inversión. El futuro se había llevado el río.
La escasez del agua es perjudicial para la tierra y los cultivos, pero cuando llega en excesiva abundancia y periodos cortos, lo hace de tal manera que deja de ser beneficioso. “No solamente la escasez de agua perjudica a la tierra y condiciona al campesino, sino que el agua, cuando aparece, lo hace de tal forma y circunstancias que tampoco lo beneficia” (Sánchez-Escobar, s/f).
En la historia de la humanidad encontramos muestras tecnológicas vinculadas a garantizar la disponibilidad del agua, desde la cosecha, almacenamiento y uso. Cada tecnología respondía a las necesidades de sus contextos geográficos, culturales, climáticos y poblacionales. La producción de alimentos presenta una alta correlación con la disponibilidad del agua, por ejemplo, el crecimiento poblacional exige mayor producción de alimentos y, por lo tanto, mayor uso de agua, lo cual se agrava con las desigualdades en el acceso y distribución de los mismos. Según la FAO, la agricultura representa el 70% de la extracción mundial de agua. Por otra parte, las alteraciones a los ecosistemas naturales, como la eliminación de bosques y el avance de la frontera agrícola, inciden directamente en sistemas naturales del ciclo de agua y su disponibilidad.
En nuestro escenario actual, el agua dejó de ser un problema local, es un asunto que se discute y atiende desde los gobiernos nacionales e instancias internacionales, generando políticas para preservar el líquido elemental y regular los factores que están afectando su disponibilidad. El agua es parte de las estrategias para el desarrollo sostenible y la adaptación al cambio climático. En los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS 6) se trata sobre “garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos”. El camino aún es largo y con muchos pendientes por resolver y asumir por parte de los grandes poderes económicos y naciones industrializadas que contaminan el ambiente y degradan nuestros medios de vida.
Foto: Mario Vargas
En el caso boliviano, el gobierno nacional implementó los programas Más Inversión para el Agua - Mi Agua I, II, III, IV y V, con una inversión total de Bs 4.350.561.921, destinada para el agua potable, alcantarillado, letrinización y riego, en cuanto a esta última el monto invertido fue de Bs 973.107.425, con 939 proyectos ejecutados. La inversión en términos monetarios pareciera significativa. Sin embargo, frente a las dificultades de déficits hídricos que aún mantienen los agricultores, será importante conocer la efectividad y los resultados alcanzados con los 5 programas Mi Agua, además de conocer las estrategias y tecnologías que tuvieron mayores éxitos y soluciones de mediano a largo plazo a los problemas de escasez de agua. Asimismo, es necesario poner atención a los niveles de productividad de los rubros agrícolas o territorios donde se implementaron los proyectos de riego, con el propósito de generar aprendizajes, posibilidades de réplica y de mejora a las formas de intervención.
Nuestro desafío, actual y del futuro, es cosechar agua en tiempos de sequía y resguardar a los agricultores de su excesiva abundancia. En ese contexto y entre otros aspectos, necesitamos efectivizar el diálogo de conocimientos provenientes de la ciencia moderna y los saberes de los pueblos, priorizar e incrementar los recursos económicos asignados por los diferentes niveles de gobierno y fundamentalmente profundizar el cuidado de nuestros medios de vida, desde lo normativo, la institucionalidad y propiciar el cambio del modelo de desarrollo imperante.
Bibliografía
•FAO. 2019. Escasez de agua: Uno de los mayores retos de nuestro tiempo. Consultado el 13 de mayo del 2024, disponible en: https://www.fao.org/newsroom/story/Water-Scarcity-One-of-the-greatest-challenges-of-ourtime/es#:~:text=La%20agricultura%20representa%20casi%20el,del%20agua%20no%20hay%20excepci%C3%B3n.
•FPS. s/f. Bolivia: Resumen Programa Mi Agua. Consultado el 13 de mayo del 2024, disponible en: https://www.fps.gob.bo/wp-content/uploads/2021/06/ESTADISTICAS-MI-AGUA.pdf
•Naciones Unidas. 2018. La Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible: una oportunidad para América Latina y el Caribe (LC/G.2681-P/Rev.3), Santiago.
•Rulfo, Juan. 2006. El Llamo en llamas. Décimo Sexta Edición. Cátedra Letras Hispanas. Madrid. España.170 p.
•Sánchez-Escobar, A. s/f. La función del agua en los cuentos de El llano en llamas de Juan Rulfo. Consultado el 6 de mayo del 2024, disponible en https://idus.us.es/bitstream/handle/11441/47416/art_2%20%281%29.pdf?sequence=1&isAllowed=y
*Mario Vargas es ingeniero agrónomo, especialista en tecnología e innovación. Actualmente es responsable de investigación de la UAP del CIPCA.
Por una Bolivia democrática, equitativa e intercultural.