Artículos de opinión

Crisis de la CSUTCB: Entre dependencia electoral y la independencia sindical

Autor: Rubén Llusco Cortez
Fecha: 15/07/2025

A 46 años de la fundación de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), el presente artículo invita a una reflexión profunda y necesaria sobre el rumbo de nuestras organizaciones sociales en tiempos de alta polarización. No se trata de tomar partido entre facciones ni de alimentar disputas internas, sino de recuperar principios fundamentales que dieron origen a nuestras luchas colectivas, como la independencia sindical, la unidad orgánica y el autogobierno desde las bases.

La CSUTCB ha sido un pilar histórico en la construcción del Estado plurinacional y la defensa de los derechos de los pueblos indígena originario campesino. Hoy, frente a los intentos de subordinación política partidaria, este artículo propone volver a las raíces organizativas y éticas que guiaron a nuestros líderes históricos.El análisis no es un ataque a personas ni facciones, sino una voz crítica desde adentro, desde la conciencia orgánica que rechaza la utilización de las organizaciones como plataformas de poder partidario. Creemos que este tipo de reflexiones son más necesarias que nunca, si queremos fortalecer nuestras estructuras y evitar que la historia de lucha de la CSUTCB sea absorbida por intereses externos.
Invitamos a leer, debatir y compartir esta propuesta con altura, con espíritu autocrítico y con vocación de unidad.

La CSUTCB fue creada en el Primer Congreso Nacional el 26 de junio de 1979, con Genaro Flores como su primer secretario ejecutivo, quien entregó su vida por las reivindicaciones del movimiento indígena originario campesino.   La CSUTCB nace por la necesidad política de contar con una organización de carácter sindical y nacional, instrumento que permitió el ejercicio de los derechos de los trabajadores campesinos, dando origen a una filosofía de lucha propia desde la visión indígena originario campesino.

Sin lugar a dudas, la CSUTCB se constituyó en un referente político sindical para los sectores mayoritarios y trabajadores del agro, que han sido protagonistas de luchas contra el colonialismo interno. Ha sido la máxima organización que representó al conjunto de las naciones y pueblos indígena originario campesinos del Estado Plurinacional de Bolivia, con una estructura organizativa a nivel nacional, departamental, regional, provincial, central, subcentral y a nivel de sindicatos agrarios. Es reconocida a nivel internacional y está afiliada a la Central Obrera Boliviana (COB).

La CSUTCB tuvo un rol fundamental en la recuperación de la democracia, el impulso de la nueva Constitución Política del Estado Plurinacional y la defensa incansable por la soberanía y dignidad de las Naciones y Pueblos Indígena Originario Campesinos (NPIOC). No obstante, hoy atraviesa su peor momento en términos de crisis orgánica y política, debido a divisiones internas provocadas por las facciones del Movimiento Al Socialismo (MAS), lo que afecta su autogestión, democracia interna y el autogobierno, dificultando la construcción de su agenda sociopolítica propia.

 Esta crisis se agudizó durante el XVIII Magno Congreso Ordinario, realizado del 18 al 20 de agosto del 2023 en el coliseo “Héroes de Octubre” en El Alto, cuyo objetivo era elegir al nuevo Comité Ejecutivo Nacional. El congreso terminó dividido, tras enfrentamientos internos y violencia, en dos dirigencias paralelas: una liderada por Ponciano Santos (Santa Cruz), alineado con Evo Morales, y otra encabezada por Lucio Quispe Sangalli (La Paz), vinculado al gobierno de Luis Arce. Ambos se proclamaron como elegidos de forma “legal y legítima”, profundizando la fragmentación de la organización.

Este hecho reveló la injerencia directa de las facciones “evista” y “arcista” en el congreso, mostrando que no fue la CSUTCB quien se dividió por voluntad propia, sino que fue fragmentada por intereses político-electorales. Servidores públicos y operadores políticos impusieron sus agendas en una organización que históricamente había resistido incluso a las dictaduras militares, pero que hoy sucumbe ante las presiones de un partido que se suponía aliado.

El conflicto en la CSUTCB se inscribe en un patrón más amplio: la fragmentación deliberada de organizaciones matrices como la Confederación de Pueblos Indígenas del Oriente Boliviano (CIDOB), el Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyo (CONAMAQ), la Asociación Departamental de Productores de Coca (ADEPCOCA) y la Confederación Sindical de Comunidades Interculturales Originarias de Bolivia (CSCIOB). En todos los casos, no se trata de diferencias ideológicas o filosóficas, sino de una pugna por el control del poder estatal, cargos públicos y candidaturas electorales. Las organizaciones sociales se han convertido en instrumentos de facciones pragmáticas, subordinando sus principios orgánicos al juego electoral.

El prebendalismo y el clientelismo se han normalizado como mecanismo de cooptación dirigencial. Algunos líderes sindicales han abandonado su conciencia de clase y se han prestado al “pongoaje” político, intercambiando apoyo por empleos o proyectos. Esto ha distorsionado el sentido original de las organizaciones sociales, volviéndolas funcionales al interés de facciones partidarias.
Foto ABI


Han quedado atrás los principios ideológicos y políticos de líderes históricos como Tupaj Katari, Bartolina Sisa, Pablo Zarate Willka, Santos Marka Tola, Leandro Nina, Avelino Siñani, Género Flores, Felipe Quispe, entre otros. Hoy, muchos dirigentes han abandonado la lucha por la tierra, territorio, autonomía, justicia originaria, autogestión y desarrollo integral, pilares de la agenda histórica de la CSUTCB.

Frente a esto, es urgente recuperar los principios orgánicos de unidad, independencia sindical y autogobierno, establecidos tanto en el estatuto orgánico como en las normas internas de la CSUTCB. El principio de independencia sindical implica no someterse a ningún gobierno o partido político. La organización debe mantenerse autónoma, sirviendo exclusivamente a sus bases, sin ser manipulada con fines electorales.

Tener simpatía o militancia partidaria no debe significar someter a la organización a un partido político. Las decisiones deben emanar de las bases y no de acuerdos cupulares. La CSUTCB no puede ser utilizada como instrumento electoral, sino que debe fortalecer su vida orgánica desde las comunidades.

El principio de unidad es esencial para resistir la opresión y lograr conquistas sociales. Frente a intentos de división promovidos por actores políticos, se debe sancionar a quienes fomenten el paralelismo o el faccionamiento. Solo una organización unida puede ser robusta y respetada.

Finalmente, el principio de autodeterminación y autogobierno reconoce el derecho de las naciones y pueblos indígena originario campesinos a decidir su propio destino político, económico y cultural, conforme a sus usos y costumbres. Esto está garantizado en los artículos 2, 3 y 30 de la Constitución Política del Estado y en convenios internacionales. Las organizaciones deben ejercer su autogestión plena sin injerencia externa.

Por tanto, conmemorar un nuevo aniversario de la CSUTCB impone una reflexión profunda sobre su rol actual y su futuro. El desafío consiste en recuperar sus fundacionales, unificar al movimiento sindical, formar nuevos liderazgos desde las bases y ejercer control social sobre las dirigencias. Solo así se evitará que la CSUTCB continúe siendo funcional a intereses partidarios y fortalecerse como una organización genuinamente autónoma y representativa de las naciones y pueblos indígena originario campesino.

Las opiniones expresadas en los artículos son responsabilidad exclusiva de sus autores y no reflejan necesariamente la posición institucional del CIPCA.

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