Foto: José M. Ledesma
Autor: Elías Caurey - CIPCA Cordillera
Fecha: 26/03/2020
Hace más de un mes que tuve un sueño. Sueño que no me ha dejado tranquilo desde entonces. El sueño (paɨu), en la cultura guaraní, tiene mucho que ver con las acciones cotidianas, solo es cuestión de saberlo interpretar, al igual que a los mitos, como diría el antropólogo Joseph Campbell “el mito es el sueño público, y el sueño es el mito privado”. En efecto, narraremos lo soñado:
La noche está comenzando en Itakuru. El viento fuerte de norte a sur ha bajado de intensidad. Es agosto. No hay las risotadas habituales en el pueblo. La abuela Ɨresa y el abuelo Yaguarova están al pie del fogón junto a sus nietos Arandu y Aramí; Nambitï, un perro no muy grande, también está haciendo compañía.
Al oeste, el cielo comienza a verse carmesí. Es el resplandor del fuego que arde desde hace varios días y donde están los padres de Arandu y Aramí, trabajando para apagar el fuego. Si bien es luna llena, la humareda opaca al plenilunio. Hay tristeza en el corazón del tiempo.
El fogón arde lento. De rato en rato chisporrotea. Los niños se limpian sus legañas y Nambitï mira fijamente como danzan las llamas del fuego. Hay silencio de los que están al pie del fogón. Después de un rato, Aramí rompe el silencio y pregunta a sus abuelos:
¿Cuándo cesará el fuego en Yembɨguasu?
Cuando los dioses se apiaden de nosotros y hagan llover, hijita. Responde el abuelo.
¿Qué tienen que ver los dioses? O ¿Por qué debemos tener su benevolencia? Pregunta Arandu; a la que, responde en guaraní la abuela:
Opako mbae-mbae reta iya oï
Teko kaviä rupi yarekorai yave,
kuae teko reta avaëta ñandeve
Jaeramo, yemboete rupi yaikota päve.
Arakua yande mboarakuaäko oï,
mbaetɨma yayapɨsaka,
mborerekua rupiäma yambaeyekou;
Amogue karai reta ipɨa tätaä kuae tekore,
amogue yande vae reta oyererajakavi jokua teko rupi.
Ngará yaikuaa kereïaguara tata oyepota yembɨ kotɨ, iyakarakuaä vae reta jeko pegua;
guiramoi kia oïkuaä koo ombaapɨ ramo ani kia oipotai omoendɨ tata vae, ani guiranoi kaa iya iyarasɨ iyarakuaä vae reta ndive ramo.
Ngarai iyangapɨ iyarakuaä vae reta, opama oitɨvɨro ɨvɨ iarambope oï vae retare yave, ɨporu rami, jaema opokota ɨvɨ kɨraure, ɨvɨ ɨguɨpe oï vaere;
omoɨvɨkäna reta yave, opatako guirekorai teko ɨvɨ ipuruape;
mbayachi imbaepuere ovaëtako ñandeve, echa ɨvɨ ikɨra juguɨ ndive oyiata, jaemako jokope maemegua guasu ovaëta yandeve;
ɨvɨ oyepɨko oï mbayachiguɨ.
Jekuae avei yayangareko vaerä ñande ɨvɨpo retare jare yaechauka iyarakuaä vae retape, ñamomɨrätako ñane ñee jare yaguata ñande reko rupi;
joko raïä yave…
Cada elemento del universo tiene espíritu, si los movemos sin criterio, éstas serán las consecuencias; por eso es fundamental vivir con respeto mutuo. Demasiada razón nos vuelve irracional, ya no sentimos o vemos con los oídos, perdemos el don de compartir; Algunos karai son más propensos a caer en esa lógica y algunos de los nuestros también se dejan llevar. No sabremos qué fue lo que originó el fuego al Este del territorio, por culpa de los irracionales; por ahí por error de alguien que no conoce la técnica de quemar la maleza del chaco o el mal intencionado o la furia de los guardianes del bosque con nosotros. Los irracionales no descansarán hasta saciar su racionalidad, depredarán todo lo que hay en la faz de la tierra, como la gran agua que devora, y luego irán por la grasa de la tierra (petróleo) que está en las profundidades; un movimiento de tierra provocado será un desorden en el ombligo de la tierra; al mezclarse la grasa y la sangre de la tierra (agua) nos afectará y será nuestro ocaso; la tierra sabe defenderse de la contaminación. Para seguir siendo guardianes de nuestro territorio y de lo que hay en ella y enseñarles a los irracionales, es menester fortalecer al guaraní y caminar por nuestro modo de ser; Si esto no sucede, las consecuencias serán… Sɨrɨrɨkɨ! Despierto. No logré soñar el desenlace de la historia, dejándome interrogantes como: ¿Será necesario atenuar la fe en la razón?, ¿Qué mundo vamos a dejar a los que vienen detrás de nosotros?, ¿Aún tendrá las fuerzas necesarias el espíritu guaraní para sustentar las conexiones con todas las formas de vida en su territorio?... GLOSARIO: Aramí. Diminuto tiempo-espacio. Arandu: El que siente el tiempo. Itakuru: Piedra áspera, corrugada u hosco. Ɨresa: Ojos de agua. Karai: el no guaraní. Nambitï: De orejas blanca. Yaguarova: Rostro o cara de jaguar. Yembɨ: El Este o lugar en la parte de abajo del territorio guaraní. |
Por una Bolivia democrática, equitativa e intercultural.