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Cambio del modelo de producción ganadera para tierras bajas

Cambio del modelo de producción ganadera para tierras bajas

Autor: Carmelo Peralta Rivero, investigador del CIPCA
Fecha: 13/08/2020

En las tierras bajas se concentra la mayor población bovina del país que alcanza más del 85% de las 9.741.474 cabezas de ganado hasta el 2019, presentes sobre todo en Santa Cruz, Beni y Chuquisaca. El 90% de la ganadería bovina se la desarrolla en un área de al menos 12,6 millones de hectáreas y casi en su totalidad es extensiva, en muy baja proporción es semi intensiva, y en casos puntuales es intensiva. Principalmente entre los meses de julio y octubre se desarrollan las quemas para habilitar campos para esta actividad generando en muchos casos quemas de pastizales e incendios forestales de gran magnitud que afectan los ecosistemas, tal como ocurrió en 2019 afectando 6,4 millones de hectáreas mayormente en la Chiquitania, Chaco, Amazonía y Pantanal.

Al respecto, hasta el mes de julio los focos calor ocurridos en 2019 y en 2020 no son tan diferentes, e inclusive, en los meses de enero, marzo y abril los del 2020 han superado a los del 2019 (Tabla 1).


Hasta el 11 de agosto de este año, se acumularon 16.201 focos de calor distribuidos en todo el territorio nacional, 4.582 focos de calor menos que en 2019, pero cuyo patrón de distribución es bastante parecido al del último año (Figura 1), es decir, estos están localizados principalmente en el Beni y Santa Cruz. Con estas cifras altas del número de focos de calor podemos inferir que el área quemada e incendios forestales para el 2020 podría llegar a niveles muy altos, considerando que agosto, septiembre y octubre son los meses de mayor riesgo.

Figura 1. Comparación de la localización de los focos de calor entre 2019 y 2020.

Fuente: elaboración propia con base en NASA Near Real-Time and MCD14DL MODIS Active Fire Detections (SHP format). Data set. Available online: https://earthdata.nasa.gov/active-fire-data

Ante este panorama, acciones pertinentes son necesarias. En 2019, muchas de las áreas quemadas correspondían a la actividad agropecuaria relacionada a la ganadería y estaban localizadas principalmente en predios privados. Reportes técnicos de los primeros meses del año indican que casi en su totalidad las áreas quemadas están localizadas en áreas de producción agropecuaria, matorrales, pampas, sabanas  https://bit.ly/2DPZIcS cuyo resultado tiende actividades ganaderas.

Las características de la ganadería extensiva son por lo general a campo abierto y desarrollada en grandes extensiones de tierras con bajos costos de producción, con poca implementación de tecnología y genera procesos de deforestación y quemas y trae como resultados indicadores de productividad muy bajos. Por ejemplo, en el Beni este tipo de ganadería realizada en áreas ocupadas por pastizales naturales, es difícil aumentar su capacidad de carga animal a más de 5 ha/unidad animal en las mejores condiciones; en otras regiones como la del Chaco, en áreas sin pasturas se requieren incluso hasta 15 ha/unidad animal. En general, en el país la ganadería extensiva es poco eficiente y se requieren cambios urgentes para mejorar esta situación.

En ese sentido, se hace imprescindible modificar el modo de producción de la ganadería en Bolivia en el marco de una política nacional que permita mejorar, pero también regular las acciones de este sector productivo. Es necesario iniciar una transición de un tipo de ganadería extensiva a una ganadería de bajo impacto, regenerativa de los ecosistemas y de características sustentables en general. Iniciativas con base en ganadería semi intensiva, es decir, con prácticas de manejo que respondan a una mejor alimentación, sanidad, genética del ganado e infraestructura resiliente que garanticen mayor eficiencia del uso de los recursos naturales como tierra, agua, bosque y permiten maximizar la carga animal sin la necesidad de deforestar o realizar quemas para habilitar nuevas áreas de pastoreo, las cuales cada vez degradan más los bosques.

Investigaciones técnicas científicas indica que este tipo de iniciativas alternativas permite una serie de beneficios. Por ejemplo, en la región de la llanura del Chaco, en el ámbito ambiental el ganado emite hasta 50% menos emisiones de metano por mejor alimentación y aprovechamiento de los recursos en el sistema productivo, pero también, por la práctica de rotación de mangas, clausura de montes y manejo del hato evita mayores emisiones de carbono en relación a un sistema de manejo de ganadería extensiva. También, se reduce la carga animal considerablemente de 14 a 5 hectáreas por unidad animal, y hasta menos de 1 hectárea cuando se implementa silvopasturas, además, no se deforesta. En el aspecto social, genera bienestar en las familias, empleos y contribuye a satisfacer las necesidades básicas, incrementa el capital humano de los productores y, bajo una gestión del territorio o la tierra, permite consolidar un manejo responsable con aprovechamiento y conservación de sus recursos naturales. También demuestran que el ingreso económico de un sistema de manejo ganadero semi intensivo de 5 años genera más del doble de los ingresos económicos anuales mínimo de 23 dólares por hectárea que un sistema extensivo con características similares tal solo puede generar 10 dólares/hectárea.

Para lograr la transición hacia una ganadería sustentable semi intensiva en las tierras bajas de Bolivia, que sea ambiental, social y económicamente viable para todo tipo de productor, es necesario la elaboración de una normativa (Ley) que pueda crear una institución pública descentralizada con la participación de las entidades subnacionales, que impulse buenas prácticas e infraestructuras productivas que permitan orientar las acciones correctivas y de mejora de la ganadería. En estos tiempos donde el cambio climático y otros fenómenos naturales y antrópicos adversos, exigen, que cada vez los sistemas de producción sean más resilientes y sustentables.

Para mayor información, le invitamos a leer la propuesta para política pública “Hacia una ganadería sustentable en tierras bajas de Bolivia” elaborada por el Centro de Investigación y Promoción del Campesinado, dirigida a tomadores de decisiones, gobiernos en sus diferentes niveles, pequeños y grandes productores de manera transversal. 

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