Producción diversificada de hortalizas en carpas solares. comunidad Canturyo, municipio Calamarca, La Paz. Foto: CIPCA Altiplano
CIPCA / 13 de mayo de 2020.- Los invernaderos o carpas solares para la producción de
hortalizas se vienen implementando desde los años 80 y 90 del siglo pasado en
el Altiplano, como innovación alternativa y adaptada a las condiciones
climáticas de la región.
Estas iniciativas son promovidas por CIPCA desde hace varios años. Actualmente son financiadas por distintas instancias estatales e instituciones privadas, pero también muchas familias han construido invernaderos por sus propios recursos. La producción de hortalizas en ambientes atemperados ha permitido generar mayor acceso a alimentos diversificados, frescos, nutrientes y orgánicos no solamente para la seguridad alimentaria de las familias sino también para la comercialización de los excedentes en la propia comunidad.
En el actual contexto de cuarentena por la presencia del coronavirus, los invernaderos se constituyen en una fuente de provisión directa de hortalizas frescas a las familias productoras en el área rural y a otras familias de la comunidad que no cuentan con esta infraestructura.
En el municipio Colquencha, provincia Aroma del departamento de La Paz, Silveria Mamani vende sus productos en la feria de los días viernes (antes vendían los sábados, pero ahora lo adelantan por la cuarentena), comercializa lechugas, acelga, perejil, nabo, repollo, pepino y locotos; en días particulares varios vecinos acuden a su casa para comprar sus productos.
Similar situación relata Ismael Cruz, productor de la comunidad Ñacoca del municipio de Taraco de la provincia Ingavi en La Paz, quien tiene tres carpas solares, cuenta que los vecinos de la comunidad suelen ir a su casa a comprarle verduras.
Don Ismael cuenta que durante el tiempo de cuarentena ha ido cosechando de a poco todas sus hortalizas, ya no tiene verduras, solamente le quedan zapallos y tomates que están madurando; recientemente ha trasplantado lechugas, ha sembrado acelgas, rábanos, nabo y beterraga. También tiene hortalizas que se producen a campo abierto, como la cebolla y zanahoria, las cuales, algunas ocasiones, vende en su casa, pero mayormente vende en la feria local de Taraco los días lunes; comenta que los precios no han subido, asevera incluso que, en estas fechas, como es época de cosecha, los precios suelen bajar.
Las familias que producen hortalizas en grandes y varios invernaderos entregan a asociaciones o empresas comercializadoras, quienes a su vez distribuyen a supermercados y restaurantes. Sin embargo, por falta de transporte no pudieron entregar sus productos a las acopiadores, sino más bien vendieron en la misma comunidad. Por ejemplo, Delia Quispe de la comunidad Finaya y German Quispe de la comunidad Cuno Cuno del municipio de Calamarca provincia Aroma, nos comentan que sacaron sus hortalizas a las orillas del camino para ofrecer a los vecinos, se vendieron rápido, no hubo la necesidad de que los acopiadores lleguen al lugar, tampoco fue necesario llevar hasta la ciudad para vender sus productos.
Las familias que no cuentan con invernaderos quieren
construir uno propio, han visto como una solución para producir sus propios
alimentos y tener verduras frescas y sanas, quienes están preguntando sobre
materiales, costos, incluso algunos ya alistaron sus adobes y otros materiales
esperando a CIPCA que los asesore. Las familias que manejan invernaderos, como una
forma de solidaridad venden a bajos precios a sus vecinos y familiares, tampoco
se aprovechan de subir los precios, puesto que por la falta de transporte no pueden
acudir a las ferias.
Los invernaderos se han constituido en una opción alternativa para la provisión de hortalizas frescas que permite garantizar la seguridad alimentaria y diversificar la dieta alimentaria de las familias.
Por una Bolivia democrática, equitativa e intercultural.