La Amazonía boliviana enfrenta uno de sus mayores desafíos en la actualidad. En el municipio de Riberalta, la sequía del 2015 desató un devastador incendio que afectó a las comunidades de Candelaria, Medio Monte, San Juan km 42, San Ariel, Nazaret y San Juan del Urucú. Las familias de la zona perdieron sus sistemas agroforestales, y vastas extensiones de bosque, ricas en flora y fauna, fueron destruidas. Desde entonces, la vulnerabilidad ante incendios e inundaciones ha aumentado cada año.
Los adultos mayores de las comunidades, muchos de los cuales lloraron por las pérdidas, comenzaron a abandonar sus tierras y trasladarse a la ciudad. En medio de esta desesperación, surgió la Asociación de Jóvenes Reforestadores en Acción (AJORA), integrada por jóvenes comprometidos con la reforestación y la protección de la Madre Tierra. Este grupo, proveniente de las áreas más vulnerables, identificadas como zonas rojas debido a la degradación del suelo, decidió actuar frente a la crisis ambiental.
Los jóvenes realizaron un análisis de la situación y comenzaron a trabajar en la recuperación de las abejas nativas, cuya disminución era evidente. Paralelamente, iniciaron la restauración de áreas degradadas mediante la siembra de plantas leguminosas y la implementación de sistemas agroforestales con especies nativas. Para evitar que el fuego vuelva a destruir sus tierras, comenzaron a abrir fajas de prevención de incendios de hasta 20 metros de ancho, permitiendo así una rápida movilización y respuesta ante posibles amenazas.
A medida que las familias retornaban a las comunidades con la esperanza de restaurar el bosque y asegurar su sustento, el arduo trabajo comenzó a dar frutos. AJORA implementó sistemas agroforestales diversificados, amplió sus apiarios y concienció a la población sobre la importancia de proteger el bosque. En 2021, sus esfuerzos fueron reconocidos cuando la asociación ganó el Premio Ecuatorial del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) por su trabajo en modelos agroforestales sostenibles que contribuyen a revertir la degradación de la Amazonía boliviana.
El reconocimiento internacional continuó cuando AJORA ganó la medalla de oro en Sudamérica en el prestigioso concurso internacional "Cocoa of Excellence" en París, Francia. Este logro destacó la calidad del cacao amazónico y su potencial para generar ingresos sostenibles en la región.Sin embargo, la pesadilla volvió en 2024. Una sequía extrema secó las fuentes de agua naturales (paúros, vertientes y arroyos), incluidas las norias, y la escasez impidió combatir los incendios que nuevamente devastaron sistemas productivos. Hasta septiembre, se habían reportado 46.232,9 hectáreas, entre bosque, pastizales y sistemas productivos, quemadas en Riberalta, afectando a 46 comunidades (32 campesinas y 14 indígenas). Además, 36 comunidades enfrentaban serios problemas de acceso al agua potable, y la salud de sus habitantes se deterioraba por la contaminación del aire.Ante este panorama desolador, Riberalta pasó de estar en estado de emergencia a declararse en desastre. La urgencia de un trabajo integral y coordinado para restaurar los ecosistemas y fortalecer las medidas de prevención de riesgos es innegable. Aunque las fajas de prevención de incendios han ayudado a salvar parte del bosque y los sistemas productivos, la problemática del agua ahora exige nuevas estrategias de reforestación y conservación de las fuentes hídricas.
Los jóvenes de AJORA no han cesado en su labor. Además de ayudar a sofocar incendios, han comenzado acciones de restauración ecológica y cuidado de los apiarios, esenciales para mantener el equilibrio ecológico en la región.
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