29/09/2016

Foro Nacional: es necesario valorar el trabajo no remunerado de las mujeres rurales

Ximena Humerez - CIPCA UAP

Foro Nacional: es necesario valorar el trabajo no remunerado de las mujeres rurales

CIPCA / 28 de septiembre de 2016.- El lunes 26 de septiembre del presente, el CIPCA junto a mujeres y hombres rurales, investigadores e instituciones comprometidas con el desarrollo rural, debatió y analizó sobre las dimensiones e implicancias de la participación y aportes de las mujeres en la economía campesina indígena de Bolivia en el “Foro nacional Mujeres rurales, economía y Producción campesina indígena”, evento Preparatorio al IV Foro Internacional Andino Amazónico de Desarrollo Rural.

Al iniciar el Foro, realizado en la ciudad de La Paz, Enrique Ormachea, investigador del CEDLA, expuso sobre las mujeres rurales en las estadísticas del Censo Agropecuario 2013. Indicó que a nivel general hay una mayor presencia de la economía mercantil y mayor expansión del capitalismo en el campo develando que se está dando una transición de una economía patriarcal o natural a una de carácter mercantil. Afirmó que las y los campesinos pobres necesitan ingresos extraprediales a través de la venta de fuerza de trabajo, por lo que va ganando importancia el trabajo asalariado en la producción agropecuaria, destacó que de 4 millones de personas en el campo, el 54% es asalariada, de las cuales el 76% están en los departamentos de Santa Cruz, Cochabamba y La Paz.

“Los datos censales confirman que tiene mayor peso la fuerza de trabajo asalariada sobre la no asalariada en la producción agropecuaria. Las Unidades Productivas Agropecuarias (UPA) utilizaron durante el año agrícola 2012/2013,  2.535.128 personas (54.1%)  como asalariadas y 2.154.133 como no remuneradas (45.9%). Los datos revelan que de un total de 4.689.264 personas utilizadas en la producción agropecuaria durante el año agrícola 2012/2013,  el 61.4% fueron  hombres y solamente el 38.6% mujeres”. 

De acuerdo a estos datos el investigador explicó que la menor participación de las mujeres en las actividades productivas agropecuarias se presenta tanto al interior de la población con actividades agropecuarias no asalariadas con el  46.2% del total, como  entre la población  con actividades agropecuarias  asalariadas, donde las diferencias de participación por sexo son más marcadas,  ya que las mujeres representan solamente el 32.0% del total. Asimismo destacó que el 55% de las mujeres no son asalariadas en los trabajos agrícolas y que el 65.0% de las UPA a cargo de mujeres se sitúan en el estrato de menos de 5 hectáreas (porcentaje superior al que registran los hombres)   donde el trabajo extra predial es fundamental para subsistir.

Elizabeth Jimenez, investigadora del CIDES –UMSA expuso sobre la importancia de la feminización y el empoderamiento de las mujeres en la agricultura,  aseverando que la feminización significa una mayor participación de las mujeres en la producción agrícola y que el empoderamiento va más allá de una simple participación, porque conlleva la toma de poder, pero que también se relaciona con la organización de la mano de obra dentro de la familia. Destacó que la capacidad de las mujeres de controlar los ingresos puede contribuir a su empoderamiento.

Jimenez afirmó que el gran problema para analizar la situación de las mujeres rurales es la ausencia de datos sobre el trabajo que éstas realizan y que más allá de su participación laboral se necesita saber lo que pasa en la esfera familiar. Al compartir datos de un estudio que el CIDES está realizando sobre la situación de las mujeres en zonas productoras de quinua, destacó ciertas situaciones, como la mayor vulnerabilidad que tienen las mujeres jefas de hogar; las mujeres siempre tienen menos acceso a tierra que los varones y que  por lo tanto los hogares jefaturizados por mujeres producen menos quinua que los que tienen a un hombre por jefe, aunque, explicó que no hay diferencias significativas en las percepciones de satisfacción entre hombres y mujeres y que tanto hombres como mujeres sienten que participan ampliamente y en forma conjunta en las decisiones sobre la distribución de la mano de obra familiar. Resaltó que los hombres tienden a atribuirse la propiedad de los recursos en mayor proporción que las mujeres y que las mujeres tienden a atribuir la propiedad a los hombres.

Al igual que Ormachea, Elizabeth Jiménez resaltó sobre la necesidad de contar con más información recolectada sistemáticamente y más análisis sobre la situación de las mujeres, pero también trabajar lo datos del Censo Nacional Agropecuario de 2013

Por su parte, Carmen Sánchez al presentar datos preliminares de la investigación del CIPCA “Aportes económicos de las mujeres rurales”, explicó que a las mujeres rurales se les está designando la labor de la seguridad alimentaria dentro de un modelo de desarrollo que tiene orientación productivista con ampliación de la frontera agrícola. La mujer, dijo, es la protagonista en las estrategias económicas de la agricultura familiar y que hay un incremento de la jefatura femenina rural que hace sean las únicas proveedoras, esto debido a las migraciones masculinas que han dado lugar a feminización de la agricultura. Explicó que los hogares agrícolas ahora son hogares diversificados ya que por la necesidad de generar ingresos complementarios, las mujeres buscan trabajos remunerados fuera fuerza del hogar “ya se puede hablar de una feminización de la mano de obra”, aseveró la investigadora.

Al referirse a la medición que hace cada 5 años el CIPCA sobre los Ingresos Familiares Anuales (IFA), habló sobre la importancia de la valoración del trabajo no remunerado de las mujeres, ratificando el capital esta sostenido sobre el trabajo no remunerado de las mujeres y que por lo tanto es necesario establecer la distribución entre el  trabajo no remunerado y remunerado para medir la carga total del trabajo de mujeres y hombres.

Sánchez dio algunos datos del estudio IFA por regiones (zonas de trabajo del CIPCA), indicó que en el Altiplano y en la Amazonía Norte el aporte económico de mujeres y hombres es similar, en Cochabamba el aporte económico de los hombres es mayor al de las mujeres, explicó que los hombres tienen mayor aporte monetario de las mujeres por la venta de fuera de trabajo. Otro dato importante fue sobre el uso del tiempo por sexo, en el que el trabajo del cuidado (reproductivo) está en su mayoría bajo la responsabilidad de las mujeres. En el Beni, por ejemplo, se cuadriplica el trabajo del cuidado de las mujeres respecto a los hombres. La investigadora concluyó resaltando la importancia de promover el empoderamiento económico de las mujeres rurales.

Al concluir el evento, se apuntaron algunas conclusiones entre las que destacan: Es valorable el desarrollo de estudios específicos sobre la participación y valoración de las mujeres en la economía y producción, sin embargo su alcance temático, su cobertura geográfica y poblaciones de estos estudios no permiten su generalización a la complejidad de la realidad del país. Las investigaciones de casos realizados testifican los fenómenos, por ejemplo, la no valoración del trabajo no remunerado que ha salido de forma claro en este espacio. La información del Censo de Población y Vivienda y del Censo Agropecuario realizado en los últimos años del país es un avance hacia la visibilización y cuantificación del aporte y participación de las mujeres rurales, sin embargo, a pesar del alcance nacional de estos datos, aún no son suficientes para una mirada compresiva e integral sobre la problemática y realidad de las mujeres rurales. Es destacable que las políticas públicas del país atiendan las propuestas que las propias mujeres han realizado ante el Estado en torno a sus derechos económicos, sociales, políticos, culturales, sin embargo, aún no son suficientes para permitir transitar hacia su empoderamiento. Es altamente relevante y pertinente ampliar y cualificar la estadística  en torno a las mujeres rurales, su aporte, su participación y su empoderamiento en la dimensión económica y política de la vida de las mujeres, en la vida del ámbito público y en el ámbito privado.

Algunas vivencias y aportes de las mujeres rurales

Las mujeres rurales presentes en el Foro compartieron sus experiencias desde sus propias vivencias.   Margot Peña de la provincia Guarayos de Santa Cruz contó que las mujeres son reconocidas como productoras y que se están empoderando a través del trabajo que realizan en sistemas agroforestales, apicultura, piscicultura, transformación de arroz, café y cría de ovinos. “Hacemos el trabajo comunal, no tenemos patrones, nos otros somos la patronas”, enfatizó.

Margarita Blanco, del municipio de Anzaldo del departamento de Cochabamba que se dedica a la agricultura, a la cría de peces, entre otras actividades,  resaltó que las mujeres todavía sufren machismo, sobre todo en las organizaciones sociales ya que los hombres no toman en cuenta sus necesidades. “Estamos haciendo panes, queques de harina de trigo, trabajamos en IOrganizaciones Económicas Comunitarias (OECOMS) estamos empezando, dejamos a los hijos, a veces nos critican, los hombres no nos quieren prestar la sede. Por culpa de los hombres algunas mujeres se han dividido, pero todavía estamos fuertes. Soy presidenta de la OECOMS… en la parte organizativa las mujeres ya participamos”

Herminia Camama, ex dirigente de la Federación de Mujeres Bartolina Sisa en Guayaramerín, Beni, actualmente es parte de la Asociación de Productores Agroforestales de la Región Amazónica de Bolivia (APARAB) explicó que las mujeres en su región trabajan en piscicultura, sistemas agroforestales, crianza de animales menores y vacunos ( para la lecha de la familia), además de todas las labores que desarrollan dentro del hogar y el cuidado de las y los niños. Señaló que el trabajo de las mujeres es reconocido en la familia pero que en la comunidad no son valoradas. “Tenemos que ir al chaco, horneamos el maíz, vendemos comida, hacemos muchas cosas pero como mujeres tenemos menos facilidades que los hombres”.

La memoria y conclusiones de este Foro serán difundidas próximamente.

PRESENTACIONES:

1. Las mujeres rurales en las estadísticas del Censo Agropecuario 2013. Enrique Ormachea/CEDLA.

2. Desafíos en el empoderamiento económico de las mujeres en la agricultura. Elizabeth Jimenez/CIDES UMSA.

3. Aporte de las mujeres indígenas y campesinas al ingreso familiar en seis regiones de Bolivia. Carmen Sánchez/CIPCA.

4.Políticas públicas y marco normativo de fomento a las actividades productivas de las mujeres rurales. José Antonio Carvajal/ACCESO.

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