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La Razón / 07 de marzo de 2019.- El primer estudio realizado sobre los ingresos de familias campesinas e indígenas de Bolivia advierte que entre 2011 y 2017 la desigualdad se incrementó en el área rural, pese al apoyo y desarrollo de programas públicos y privados.
Se trata de un documento elaborado por el Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (Cipca) en colaboración con la Fundación Acción Cultural Loyola (Aclo), y presentado el 12 de febrero pasado en el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras.
Ingresos Familiares Anuales de Campesinos e Indígenas Rurales de Bolivia evidenció que entre 2008 y 2011 —aplicando el coeficiente de Gini (en el que 0 es la perfecta igualdad y 1 la total desigualdad)— la disparidad se redujo de 0,44 a 0,41 en 40 municipios de los nueve departamentos del país localizados en el altiplano, la amazonia, los valles y Chaco con respecto al promedio nacional de 0,46 identificado por la Unidad de Análisis de Políticas Sociales y Económicas.
Sin embargo, en el periodo 2011 a 2017 esta asimetría se
incrementó de 0,44 a 0,46.
“Estos datos demuestran que los ingresos de las familias
productoras son todavía muy inferiores a los del promedio nacional y que además
esos municipios tienen niveles de pobreza muy altos”, dijo Fernanda Wanderley,
directora del Instituto de Investigaciones Socioeconómicas de la Universidad
Católica Bolivia (UCB), invitada como comentarista del estudio.
“Vemos que a pesar de los cambios o mejoras” a través de programas públicos y privados “todavía hay un nivel de pobreza muy grande”, sostuvo.
“Pese a las mejoras que se tienen de algunos indicadores sociales a nivel nacional, se tienen niveles de desigualdad elevados en muchos casos”, coincidió la investigadora Coraly Salazar, autora del estudio junto a Elizabeth Jiménez.
Las principales causas de este fenómeno se encuentran en las diferencias en el acceso a los recursos naturales (agua, tierra, semillas); a tecnología apropiada a su contexto para mejorar su producción o sus procesos de transformación de materia prima; a los mercados; a las herramientas, equipos y maquinaria que les permita realizar su trabajo de manera más eficiente; y a los mercados de trabajo, explicó Salazar.
También influyen, agregó, la diversificación productiva, la vulneración y grado de afectación de los cambios climáticos y el número de miembros del hogar.
Consultado sobre el aumento de la desigualdad en los ingresos de las familias campesinas e indígenas, Pedro Dorado, viceministro de Desarrollo Rural y Agropecuario, dijo a La Razón: “Vamos a entrar a un debate”.
Información. “Hoy más que nunca, necesitamos retroalimentarnos, afinar nuestras políticas públicas (...). La idea es generar un escenario no de confrontación sino de intercambio de propuestas, y como Gobierno debemos tener la capacidad de complementarnos y eso es lo que estamos haciendo con Cipca”, sostuvo.
La investigación es resultado de una encuesta aplicada a 1.106 hogares que habitan en regiones donde el Cipca implementó componentes productivos entre 2016 y 2017. Considerando esa muestra, el aumento en la desigualdad se traduce en que dos tercios de esa población vive en condiciones de pobreza, por necesidades básicas insatisfechas.
“Es una proporción muy alta. (…). Por ello, esta investigación es muy importante para la formulación y diseño de políticas públicas, para la toma de decisiones a nivel nacional, y también para las organizaciones vinculadas o comprometidas con el fortalecimiento de la agricultura familiar campesina”, afirmó Wanderley.
DATOS. En la presentación del documento, la directora de
Producción Agropecuaria del Viceministerio de Desarrollo Rural, María Carvajal,
reconoció la importancia del estudio y señaló que “poder medir los niveles de
ingreso rural es todavía una debilidad a nivel del Estado”.
Destacó además la trascendencia de la agricultura familiar, porque considera que los productores proveen la mayor parte de los alimentos a los hogares bolivianos, y expresó su acuerdo con las conclusiones del estudio, en particular con el que indica que las familias campesinas continúan rezagadas en el proceso de mejora de la calidad de vida en el país.
La investigación también identifica la diversificación en los ingresos familiares no agropecuarios por trabajos informales o eventuales, una tendencia que no contribuye a mejorar las condiciones de vida de esas familias, según Wanderley. “Cualquier otro incentivo coyuntural para trabajar en construcción, carreteras o comercio va a provocar que la población migre a esos sectores”, agregó.
Investigación
1. Apunte. En el país no existen datos comparables con los obtenidos en el estudio del Cipca sobre ingresos anuales de familias campesinas e indígenas.
2. Contexto. El estudio identifica problemas y crecientes presiones ambientales, económicas, sociales y políticas que enfrenta la producción familiar campesina en el país.
3. Necesidad. El modelo de crecimiento no prioriza la agricultura familiar campesina e indígena; revertir esa situación es una necesidad urgente, según el estudio y la socióloga Wanderley
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