En un evento realizado en el Centro de Eventos “Los Cedrillos”, El Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (CIPCA) junto a OXFAM en el marco del proyecto “Justicia Ambiental con enfoque de Género” financiado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo – AECID presentaron el estudio "A Fuego y Mercurio: Crisis Ecológica y Desigualdades en Bolivia". Este estudio expone el impacto devastador de actividades extractivas como la minería y la agroindustria, afectando de manera desproporcionada a comunidades indígenas y rurales.
Armin Escobar Torrez, director regional de CIPCA Norte Amazónico, señaló: “La Amazonía boliviana enfrenta una crisis estructural donde las comunidades más vulnerables, guardianas de estos ecosistemas, son las más afectadas por un modelo de desarrollo que prioriza intereses económicos por encima de la sostenibilidad ambiental y social”. Destacó la necesidad urgente de políticas públicas que integren las voces de estas comunidades.
La presentación del estudio incluyó un análisis de la paradoja boliviana: mientras el país se posiciona como un defensor del desarrollo sostenible, las actividades extractivas contradicen este principio. El informe llama a reflexionar sobre la magnitud del problema desde las perspectivas locales y a construir soluciones sostenibles a través de un diálogo inclusivo.
La publicación, compuesta por cinco capítulos, detalla las consecuencias de las actividades extractivas, evidenciando que estas profundizan las desigualdades, particularmente para las mujeres de las comunidades afectadas. Ellas no solo enfrentan el impacto ambiental, sino también la sobrecarga de garantizar la supervivencia de sus familias.
Asimismo, el evento también sirvió como espacio para escuchar los testimonios de lideresas indígenas y campesinas de Pando, quienes compartieron su realidad ante la crisis climática. María Guari, de la comunidad Miraflores, relató: “Nosotros hemos combatido el fuego, incluso niños y adultos mayores. Perdimos todo, y sin apoyo, lo único que pedimos es semillas para volver a sembrar”.
Por su parte, mujeres de la comunidad indígena Portachuelo Alto explicaron cómo los incendios han destruido sus chacos, afectando tanto su seguridad alimentaria como los recursos necesarios para su artesanía, su principal medio de vida. "Todo se ha quemado, antes nos curábamos con medicina natural, pero ya no hay nada. Los niños están enfermándose, y han surgido nuevas enfermedades", expresaron.
Las lideresas enfatizaron la ausencia de las autoridades y la necesidad de articular esfuerzos para visibilizar sus demandas. “Debemos empoderarnos como mujeres para recuperar lo perdido y fortalecer nuestras propias necesidades”, destacaron, acentuando la importancia de generar alianzas y denunciar públicamente las afectaciones.
El evento cerró con un llamado urgente a coordinar acciones entre comunidades, organizaciones y autoridades, orientadas a construir un modelo de desarrollo que coloque en el centro la equidad, la resiliencia y la protección del entorno natural.
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